La Voz de la FIP - Julio 2024: Editorial

La libertad de Julian Assange se ha conseguido tras muchos años de activismo y movilizaciones por parte de la FIP y de nuestros afiliados.

[Translate to Spanish:] Credit: IFJ

Nuestra presidenta Dominiqué Pradalié visitó a Assange en prisión en dos ocasiones. El secretario general adjunto Tim Dawson asistió a todas las audiencias de extradición en Londres, Reino Unido. Nuestro Comité Ejecutivo organizó la última protesta delante de la prisión de Belmarsh el pasado 19 de junio. Por supuesto, hay muchas otras organizaciones y compañerxs que han desempeñado papeles significativos, pero la FIP y sus afiliados han demostrado la eficacia de la movilización sindical en un escenario global. 

La conclusión de este caso representa una importante victoria para la libertad de los medios de comunicación. Habría sido mejor que se retiraran todos los cargos, pero después de una escalada tan humillante, es difícil imaginar a Estados Unidos, o a cualquier otro país, invocando la ley en un intento de castigar las acciones periodísticas.

La energía desplegada por la campaña de Assange debe dirigirse ahora a los cientos de periodistas que languidecen en la cárcel. En una asimetría desgarradora, mientras el fundador de Wikileaks aterrizaba, como hombre libre, en Australia, el reportero estadounidense Evan Gershkovich se sentaba en el banquillo de los acusados en Ekaterimburgo, Rusia. Se espera que el juicio del periodista del Wall Street Journal dure meses. Y, desafortunadamente, hay muchos más cuyos nombres son menos famosos: Murat Çapan en Turquía, Victor Ticay en Nicaragua, Jimmy Lai en Hong Kong... la lista continúa.

La libertad de Assange se ha conseguido gracias a una campaña inteligente y polifacética. Ha habido manifestaciones callejeras, así como una sutil presión sobre presidentes y primeros ministros. Las campañas mediáticas se han intercalado con el apoyo de celebridades. Ha habido tanto TikToks como piquetes. Y en todas estas acciones, los sindicatos han desempeñado un papel fundamental.

Ahora debemos aprovechar todo lo que hemos aprendido para lograr la libertad de Julian Assange y ponerlo en práctica para garantizar que el año que viene, por estas fechas, haya muchos menos periodistas entre rejas.

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