Presidente de FECOLPER y director de Ceso-FIP recibe premio en Córdoba, España

 El presidente de la Federación Colombiana de Periodistas, FECOLPER, y director del Centro Internacional de Solidaridad de la Federación Internacional de Periodistas, Ceso-FIP, Eduardo Márquez González, recibió el II Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, en un sobrio pero emotivo acto realizado en el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba (España), el pasado lunes 7 de abril.

Según el acta del jurado, reunido el pasado 12 de marzo en Córdoba, Márquez fue seleccionado para recibir este premio que se convoca en memoria del periodista cordobés asesinado en la guerra de Iraq el 7 de abril de 2003, “por su defensa de la labor periodística en uno de los países en los que resulta más difícil y peligroso el quehacer informativo”.

El Sindicato de Periodistas de Andalucía, SPA, informó que el galardonado hizo extensivo su reconocimiento a todos los profesionales que en Colombia asumen el compromiso de informar a la sociedad con la verdad y que, en palabras de Márquez, “sobreviven narrando la guerra desde la perspectiva de las víctimas”.

El II Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado, cuya figura conmemorativa recibió el galardonado, contó este año como jurado con los periodistas Soledad Gallego Díaz (adjunta a la dirección de El País), Almudena Ariza (redactora de TVE) y Pedro Lázaro (Canal Sur Televisión), los profesores de la UCO, Antonio Manuel Rodríguez Ramos, y de la Universidad de Sevilla, Juan Luis Manfredi, además de con Antonia Parrado, como representante de la familia Anguita Parrado, y la secretaria general del SPA, Lola Fernández.

Eduardo Márquez González, nacido en Madrid de padres colombianos en 1956, ha dedicado buena parte de su carrera profesional a cubrir informativamente el conflicto armado y los procesos de paz en Colombia, antes de dedicar su experiencia a la reivindicación del periodismo independiente y con condiciones laborales dignas.

La lucha de Márquez se da en Colombia, el tercer país más peligroso del mundo para el ejercicio del periodismo, donde los diferentes actores armados del conflicto y los altos índices de corrupción en las instituciones gubernamentales impiden a los periodistas el libre desempeño de su oficio. Esta situación afecta la veracidad e imparcialidad de la información que recibe la sociedad colombiana.

Para lograrlo, Márquez, junto a un grupo de periodistas colombianos y el apoyo de la Federación Internacional de Periodistas, asumió la dirección del Centro de Solidaridad de la FIP, creado tras una misión del Comité Ejecutivo de la organización internacional de periodistas que constató las apremiantes condiciones sociales y laborales en que trabajan los periodistas en Colombia.

Bajo la dirección de Márquez, el Ceso-FIP apoya el ejercicio profesional de los periodistas colombianos y brinda respaldo humanitario a periodistas y trabajadores de medios de comunicación y a sus familias. También ha contribuido a la unidad profesional, impulsando la constitución de la Federación Colombiana de Periodistas FECOLPER, bajo el lema 'Unidad nacional para un periodismo libre, responsable y seguro', que representa a más de 1.000 profesionales del país.

El año pasado el Premio Internacional de Periodismo Julio Anguita Parrado fue otorgado a la periodista iraquí Eman Ahmad Khamas, fundadora del Observatorio contra la Invasión de Iraq, que desde 2006 vive exiliada en Barcelona.

Al recoger el premio, Eduardo Márquez explicó que los periodistas en Colombia deben trabajar “atenazados” por las presiones que reciben de los grupos armados de extrema derecha, de extrema izquierda, de poderosos capos del narcotráfico e incluso del Estado que “nos presiona, nos ataca y nos asesina”.

Además, señaló que los periodistas en su país realizan su labor informativa en condiciones de trabajo “sumamente degradantes” y que “en la mayor parte de los casos, principalmente fuera de la capital, no tienen ingresos si no venden publicidad”. Finalmente explicó que la venta de publicidad deteriora la independencia de los reporteros y por lo tanto, la calidad de la información que llega a los ciudadanos.