González es tratado como un preso peligroso y pasa 23 horas aislado en su celda, a pesar de que no se han hecho públicas pruebas de las acusaciones contra él y no hay juicio a la vista. La FIP, la Federación Europea de Periodistas (FEP) y sus afiliados españoles, entre otras organizaciones, han condenado reiteradamente las duras condiciones a las que está sometido el periodista español en prisión.
La FIP espera que el nuevo gobierno de Polonia, que tomó posesión en diciembre de 2023 y cuyos planes para restaurar el Estado de Derecho han sido bien acogidos por la Unión Europea, revise el caso de González y que las autoridades judiciales polacas presenten finalmente los cargos contra él, si los hay, para que pueda defenderse.
"La Federación Internacional de Periodistas es consciente de que su gobierno está haciendo todos los esfuerzos posibles para garantizar que Polonia sea un Estado en el que prevalezca el Estado de Derecho y en el que los derechos de los ciudadanos sean coherentes con las expectativas de un Estado miembro de la Unión Europea.
Esperamos que esté cerca el momento en que Polonia deje de ser el único país de la UE en el que hay un periodista encarcelado", expone la carta enviada por la presidenta de la FIP.
Descargar la carta: aquí.
En la madrugada del 28 de febrero de 2022, González fue detenido por agentes del Servicio de Seguridad Polaco (ABW) mientras informaba sobre la crisis humanitaria en la frontera entre Polonia y Ucrania, tras la invasión rusa. Especializado en el mundo postsoviético, el periodista era colaborador habitual del diario español Público, de la cadena de televisión La Sexta y el diario vasco Gara.