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Un nuevo informe sobre el impacto de la guerra contra el terrorismo en las libertades civiles debe encender la alarma en todo el mundo del periodismo, dijo hoy desde Bruselas la Federación Internacional de Periodistas.
La FIP, el mayor grupo mundial de periodistas, ha escogido el Día Mundial de la Libertad de Prensa del 2005 para lanzar su evaluación de 60 páginas sobre como, en nombre de la seguridad, se sacrifican las libertades civiles y la libertad de expresión en los estados democráticos.
“La respuesta de los gobiernos a la amenaza del terrorismo está fuera de toda proporción” dice el reporte. “La guerra contra el terrorismo se convierte en un reto devastador para una cultura global de derechos humanos y libertades civiles establecida hace casi 60 años”.
El reporte, producido conjuntamente por la FIP y el grupo de libertades civiles Statewatch, dice lo siguiente:
>li>Se están acordando nuevas reglas internacionales en un proceso secreto de “lavado de políticas”
El informe, que incluye un análisis del desarrollo de las políticas actuales, así como una encuesta en unos 20 países seleccionados, concluye que cerca de la mitad de los estándares mínimos establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanes está siendo socavada por la guerra antiterrorista.
“Se está creando una atmósfera de medio e incertidumbre y las libertades civiles se rompen en pedazos, incluso en estados con una reputación de tolerancia y pluralismo”, dijo Aidan White, Secretario General de la FIP hoy durante el lanzamiento del reporte. “El Día Mundial de la libertad de Prensa es el día apropiado para exigir el retorno a la transparencia, gobiernos abiertos y libertad de expresión para todos”.
“Todos estamos de acuerdo con las medidas tomadas para asegurar la seguridad pública contra los ataques terroristas”, dijo Tony Bunyan, Director de Statewatch. “Pero muchas de estas medidas ten poco o nada que ver con el combate al terrorismo. Este informe es un llamado de alarma a las democracias –en nombre de las “políticas del temor” corremos el gran riesgo de dormirnos dentro de una sociedad vigilada y que los valores democráticos que hemos tenido por garantizados sean sacrificados en la “guerra antiterrorista”.
El Informe afirma que los gobiernos de forma creciente trabajan juntos a través de foros internacionales, como el G8, para circunvolucionar la resistencia nacional a los ataques contra los documentos de las libertades civiles, como los crecientes poderes de las políticas, recolección de data y vigilancia “a una escala global sin precedentes han otorgado nuevos y extensos poderes al estado”.
Los autores aseguran que estos poderes socavan los estándares democráticos, “porque son introducidos en procesos solapados y muy secretos y que están fuera de la órbita de la responsabilidad parlamentaria”. Al mismo tiempo, conducen a la creación de una sociedad vigilada en la que el ciudadano es cada vez más responsable ante las autoridades y el estado”. El informe cataloga a este proceso de “lavado de políticas”.
En una conferencia internacional llevada a cabo el mes pasado en Bilbao, España, se discutió un borrador inicial de las conclusiones, y los participantes llamaron a la creación de una coalición de amplia de grupos de interés –incluyendo a periodistas, sindicatos y luchadores por los derechos humanos- para hacer una campaña contra más ataques a las libertades civiles y a los derechos democráticos.
El liderazgo global de la FIP considerará el informe y las recomendaciones de la conferencia de Bilbao en su reunión del próximo mes en Roma.
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