La FIP y la FEPALC piden que se investigue la desaparación de un periodista mexicano

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) y su organización regional, la Federación de Periodistas de América Latina (FEPALC) han exigido a las autoridades mexicanas que investiguen a fondo  la desaparición del periodista Jorge Carrasco Taracena,  reportero de los noticieros de la cadena Televisa.


Carrasco Taracena fue visto la última vez el pasado 30 de abril, según informó la misma emisora de televisión para la que trabajaba.  Cubría la información  de sucesos, incidentes policiales y de la llamada nota roja, en horario nocturno y de madrugada.


"El nombre de Carrasco Taracena se suma a una triste lista de 24  muertos y ocho desaparecidos durante los últimos ocho años en México", ha declarado Gregorio Salazar, director de la oficina de la FIP para América Latina, "un país que ofrece, en este sentido, el panorama más sombrío del oficio en nuestro continente".


Hace pocos días, una misión de diversas organizaciones internacionales relacionadas con la libertad de prensa  y con el periodismo  investigó la grave situación de los periodistas en México, víctimas de tramas en las que se cruzan la violencia, la corrupción y la desidia oficial para castigar los crímenes contra ellos. A todo esto se añade la falta de una reacción más enérgica de los profesionales y de la sociedad civil para exigir el fin de la impunidad con la que parecen actuar los responsables de esos crímenes.


 "La grave incógnita sobre lo sucedido a Jorge Carrasco",  ha resaltado Manuel Méndez, presidente de la FEPALC  y que participó en la citada misión,   "se plantea  en un país, donde el número de asesinatos y desapariciones de reporteros y trabajadores de los medios de comunicación no sólo es el mayor entre todos los países de América Latina y el Caribe, sino que tampoco despierta la alarma que debería en las instituciones oficiales".


La FIP y la FEPALC no cejarán en su empeño hasta lograr revertir esa tendencia, que sitúa a México entre los países en los que el ejercicio de la profesión de periodista es más peligroso.

 

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