La Federación Internacional de Periodistas condenó vehementemente a Israel, por el asesinato del camarógrafo británico James Millar, cometido por soldados en el 2003. La FIP acusó a las autoridades de realizar “un cruel y descorazonado encubrimiento” que ha impactado a colegas, familias y periodistas alrededor del mundo.

Esta semana, el General de la Brigada Avichai Mandelblith dijo a la familia de Miller que el soldado responsable por el asesinato, podía ser disciplinado solamente por violar reglas de combate y por cambiar su versión sobre el incidente, lo cual hizo en seis oportunidades. Además, declaró que hacía falta una evidencia balística para justificar los cargos.

“Esta es una respuesta criminal a la injusticia,”comentó Aidan White, Secretario General de la FIP. “Es un encubrimiento cruel y descorazonado que señala una vez más el proceder de militares, incluso de quienes provienen de países democráticos. Atacan y matan a periodistas con total impunidad.”

El soldado en cuestión, que fue interrogado seis veces por la Policía Militar y cada vez dio una versión diferente de lo sucedido, admitió haber violado las reglas de combate. La autopsia del cuerpo de Millar, realizada durante mayo del 2003 en Israel, en el Instituto Nacional Forense, estableció -más allá de la duda- que fue herido y asesinado por una bala de fabricación israelí, disparada de cerca. La familia del camarógrafo dijo que apelará la decisión y planea presentar una acción civil por muerte ilegal.

“La Fuerza de Defensa de Israel encargada del caso, padece una mezcla de incompetencia y negligencia,” comentó White. “Compartimos la consternación de la familia por el tiempo excesivo que se empleó para completar la investigación; por el secretismo sobre los hallazgos iniciales del ejército; y por el extraordinario fracaso de juntar evidencia crítica, como los fusiles de la unidad involucrada.”

Un mes después del asesinato, les fue solicitado entregar sus armas a los soldados para realizar una inspección. Sin embargo, existe evidencia de que posiblemente las armas fueron cambiadas. La FIP apoya el argumento de la familia Miller, de que las pruebas sugieren que el ejército ignoró, destruyó o manipuló evidencia vital.

Aunque el informe IDF concluye que un teniente IDF, presente en el lugar, presuntamente disparó su arma incumpliendo con las reglas, “no es posible, legalmente, vincular esta balacera con el disparo que recibió el señor Miller.”

“La manera como este caso ha sido tratado, es una vergüenza que debe ser objeto de una investigación apropiada e independiente,” dijo White. “Miller murió debido a una imprudente indiferencia hacia la vida por parte de fuerzas israelíes.”

Miller, camarógrafo ganador de varios premios, se encontraba grabando la demolición de casas en la ciudad de Rafah, Gaza, escenario de perturbaciones previas, para un documental, cuando fue herido. El portavoz inicialmente dijo que Miller había sido herido mientras las tropas disparaban en defensa propia. Pero otros testigos afirman que Milller y dos colegas estaban grabando y, simultáneamente, mostrando una bandera blanca mientras caminaban hacia el tanque militar.

Al menos nueve periodistas y trabajadores de medios han sido asesinados en los territorios ocupados desde 2000, todos por disparos israelíes. En la mayoría de los casos, el ejército ha fracasado en conducir investigaciones serias o en argumentarlas públicamente.

La FIP afirmó: “Este es un registro intolerable de negligencia voluntaria e indiferencia por la vida de los trabajadores de los medios.” La Federación Internacional de Periodistas está apoyando los esfuerzos del Instituto Internacional para la Seguridad de la Prensa, una coalición global de grupos de periodistas y de medios, para encontrar y descubrir maneras que permitan realizar investigaciones independientes de todos los asesinatos de trabajadores de medios en zonas de conflicto

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