Honduras fue en marzo el país más mortífero para los periodistas, según la FIP

La Federación Internacional de Periodistas (FIP) denuncia la situación de emergencia total en Honduras, después de que fueran asesinados los periodistas Bayardo Mairena, de 52 años, y Manuel Juárez, que tenía 54, y que trabajaban para Radio Excelsior y Radio Super 10. Fueron ametrallados por sicarios no identificados, cuando viajaban en un automóvil desde la ciudad de Catacamas a la de Juticalpa, dos ciudades del departamento de Olancho, del que también es originario el nuevo presidente del país.

Con ellos son ya cinco los periodistas que han perdido la vida en Honduras durante el mes que acaba de finalizar. Todos murieron en circunstancias muy parecidas mientras se desplazaban en un automóvil y regresaban de hacer su trabajo informativo.

“Resulta inconcebible que las autoridades no puedan esgrimir el menor atisbo de progreso en la investigación de ninguno de estos crímenes”, ha dicho Paco Audije, Coordinador de la FIP para América Latina, “después de que el mes de marzo haya convertido a Honduras en el país más peligroso del mundo para el ejercicio del periodismo”.  

Hasta el momento, la opinión internacional sigue también a la espera de algún resultado en la investigación policial y judicial sobre la muerte violenta del periodista Joseph Hernández Ochoa (asesinado el uno de marzo), del reportero David Meza (reportero y corresponsal de varios medios radiales y audiovisuales, asesinado el día 11 de marzo) y de Nahúm Palacios (violentamente asesinado el pasado día 15 de marzo y que trabajaba también en radio y televisión). En el primero de esos atentados resultó gravemente herida la periodista Karol Cabrera, probable objetivo de los sicarios, y cuya hija falleció en un ataque similar, también dirigido contra ella, el pasado mes de diciembre.

La FIP exige al presidente Porfirio Lobo, que tomó posesión de su cargo hace sólo dos meses, tras las elecciones que siguieron a un golpe de Estado que depuso al presidente legítimo Manuel Zelaya, que reaccione para poner fin a esta serie de asesinatos de periodistas.  

Según la FIP, sólo así tendrá credibilidad el proceso de recuperación de una plena normalidad democrática que las nuevas autoridades afirman representar.

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La FIP representa a unos 600.000 periodistas en 125 países