La Federación Internacional de Periodistas, FIP, respaldó los nuevos llamados de colegas de Sudan y del mundo árabe por la liberación de Sami al-Haj, camarógrafo de Al-Jazeera, detenido desde hace cinco años, torturado y acusado de actos terroristas en el tristemente célebre centro de detención estadounidense en Guantánamo, Cuba. Hasta la fecha, no se han presentado cargos en su contra tampoco ha sido llevado a juicio.

“Comprendemos que nuestro colega sufre malas condiciones de salud como resultado de un tratamiento inhumano”, afirmó Aidan White, Secretario General de la FIP. “Es hora de acabar esta pesadilla”.

La Federación señaló que Sami al-Haj es agredido por trabajar para el canal satelital árabe, Al-Jazeera. Fue capturado por el ejército pakistaní en la frontera afgana en diciembre del 2001, luego entregado a tropas estadounidenses antes de ser transferido a Guantánamo en junio del 2002.

Según los abogados, el colega fue obligado a que confesara que tenía vínculos con el grupo terrorista, al-Qaeda. Sami al-Haj ha sido sometido a torturas, fue sexualmente agredido y forzado a atender a más de 150 interrogatorios.

“Este caso representa una injusticia inaudita que opaca al periodismo mundial”, dijo White. “Es un caso escalofriante y vergonzoso que hace mofa de la democracia americana”.

La FIP respalda nuevos llamados de la comunidad de periodistas en Sudan y en el mundo árabe por la liberación de al-Haji. La Federación apoya las solicitudes de su afiliado alemán, Deutsche Journalistinnen- und Journalisten-Union in ver.di a que la canciller, Angela Merkel, intervenga en el caso.

Sami al-Haj fue acusado sin prueba alguna de entrevistar a Osama bin Laden y de estar involucrado en tráfico de armas destinadas para terroristas Islámicos, situación típica sufrida por muchos de los detenidos.

Al-Haj es el único periodista que se ha confirmado está en Guantánamo.

EEUU argumenta que el periodista trabajó como encargado de las finanzas de rebeldes chechenos, auxilió a al-Qaeda y a otros extremistas. Sin embargo, el colega ha estado privado de su libertad bajo evidencia secreta; no ha sido sentenciado y ningún cargo fue presentado en su contra. El año pasado, militares ni siquiera admitían tenerlo bajo custodia.

El abogado de Al-Haj, Clive Stafford Smith, dijo que no existe evidencia creíble en su contra. “Es absolutamente nula la evidencia o historias de terrorismo,” afirmó señalando además que al-Haj es un prisionero político y que el enfoque de los interrogatorios de EEUU no ha sido señalar actividades terroristas sino hacer inteligencia de Al-Jazeera y colaboradores.

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