El Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa de México y FEPALC repudian crimen de corresponsal de Televisa

El Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa de México (SNRP) manifestó su repudio por el asesinato del periodista Amado Ramírez Dillanes, y demandó a las autoridades estatales y federales una efectiva investigación para encontrar a los autores materiales e intelectuales de este asesinato, a fin de que reciban el castigo correspondiente
Por su parte, la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FEPALC), afiliada a la Federación Internacional de Periodistas (FIP), hizo llegar sus condolencias a los familiares del colega asesinado y se unió al SNRP en los reclamos para que las autoridades den una respuesta efectiva a la inseguridad de la profesión porque, con la muerte de Ramírez, suman 28 los periodistas asesinados en México y cinco más están desparecidos de enero de 2000 a la fecha, debiendo señalarse también que casi la totalidad de los asesinatos y desapariciones se encuentran impunes.
El periodista Amado Ramírez Dillanes, corresponsal de Televisa en Acapulco, México, fue asesinado de tres balazos el viernes pasado cuando salía de la emisora “Radiorama Acapulco”, luego de conducir el noticiero “Al Tanto”, junto con el periodista Misael Habana de los Santos.
El colega, oriundo del estado Guerrero, en el sureste de México, se disponía a abordar su automóvil cuando un desconocido lo atacó en un lugar céntrico de calle La Paz. Ramírez sobrevivió al primer embate y gravemente herido intentó refugiarse en el Hotel California, ubicado frente al lugar donde se produjo el hecho, pero el individuo lo remató con dos balazos más y luego huyó.
El periodista se había desempeñado en el periódico “Novedades Acapulco”, y desde hace 11 años lo hacía como corresponsal de la cadena Televisa, trabajando asimismo en la mencionada emisora radial. Cerca de 100 agentes de la policía preventiva municipal llegaron al lugar y más tarde se sumaron los de la Agencia Federal de Investigaciones, de la Policía Federal Preventiva, peritos de la Procuraduría de Justicia y personal del Servicio Médico Forense, pero el crimen permanece sin resolver.
Ayer dos embarcaciones transportaron a familiares y amigos que dieron el último adiós al periodista asesinado. Los dolientes arrojaron pétalos de flores al agua, después Guadalupe Torres, quien fuera su esposa durante 25 años, y sus hijas Paloma y Amilut, vaciaron la urna que contenía las cenizas del reportero que narró en vivo la destrucción de Acapulco ocasionada por el huracán Paulina.
Este martes, periodistas acapulqueños y de varias regiones del estado Guerrero, de todos los medios, marcharán para repudiar el asesinato del colega, para demandar su esclarecimiento y para exigir garantías en el ejercicio de la actividad periodística. También acordaron llevar prendas de vestir con leyendas de justicia y alusiones al crimen, hasta que el mismo sea esclarecido.