Día de la Igualdad Salarial: La brecha salarial global entre hombres y mujeres en el periodismo debe abordarse de inmediato

Mientras que la brecha salarial entre hombres y mujeres se aproxima al 20 % en todo el mundo, las mujeres periodistas no son una excepción y cobran sistemáticamente menos que sus homólogos varones. Con motivo del Día Mundial de la Igualdad Salarial, que se celebra el 18 de septiembre, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y el Instituto de la Diversidad de los Medios de Comunicación (MDI) instan a los gobiernos a promulgar leyes que eliminen la brecha salarial entre hombres y mujeres en el periodismo y a la industria de los medios de comunicación a adoptar políticas concretas para erradicar la discriminación salarial.

En una época en la que el periodismo desempeña un papel crucial en la defensa de la democracia y la promoción de la igualdad y el derecho del público a saber, las mujeres periodistas de todo el mundo se enfrentan a una realidad preocupante: A pesar de representar una parte significativa de la mano de obra periodística, cobran sistemáticamente menos que sus homólogos masculinos. Esta desigualdad socava no sólo los derechos de las mujeres en el trabajo, sino también la credibilidad y las normas éticas de la profesión en general.

Multitud de estudios, incluidos informes de organismos de vigilancia del sector, organizaciones sindicales e instituciones académicas, revelan que la brecha salarial de género en el periodismo se extiende por todos los continentes, organizaciones de medios de comunicación y ámbitos. 

En Brasil, las periodistas con contrato de trabajo ganan de media un 5,7% menos que los hombres por el mismo trabajo. Esta diferencia aumenta cuanto más alto es el cargo. En el caso de las redactoras jefe, por ejemplo, las mujeres ganan un 41,3% menos que los hombres en este puesto. En el Reino Unido, el informe de la BBC 2023 sobre la desigualdad salarial entre hombres y mujeres reveló un aumento, situando la brecha en su nivel más alto desde 2018. En Francia, un estudio realizado entre 2010 y 2021 desveló que se contrata a más mujeres para empleos de corta duración (18%, mientras que en el caso de los hombres es del 10%). Y, en Australia, una publicación con fecha de 2024 puso de manifiesto que «la brecha salarial básica en el panorama de los medios de comunicación y la publicidad es del 14,5% entre hombres y mujeres, mientras que la diferencia se dispara hasta el 19% una vez que se añaden a la ecuación las primas de los ejecutivos y similares». En todos los sectores de la Unión Europea, “en 2022, los ingresos brutos por hora de las mujeres eran de media un 12,7% inferiores a los de los hombres”.

La cifra a nivel mundial se estima en un 20%, según el informe Global 2023 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esto significa que las mujeres ganan de media el 80% de lo que ganan los hombres. Al ritmo actual, habrá que esperar al menos hasta 2086 para alcanzar la igualdad salarial en todo el mundo, según estimaciones de la OIT.   

En el periodismo, una de las razones de esta disparidad salarial es la escasa presencia de mujeres en altos cargos, cuya remuneración es especialmente elevada. Una encuesta del Reuters Institute 2024 reveló que el porcentaje de mujeres en altos cargos editoriales “varía significativamente de un mercado a otro, desde el 0% en Japón hasta el 43% en EE.UU”. Los techos de cristal siguen limitando el acceso de las mujeres periodistas a puestos ejecutivos, de dirección editorial y de gestión. Muchas mujeres se ven abocadas a sectores del periodismo peor pagados, como las secciones de 'estilo de vida' o la información cultural, mientras que los hombres dominan campos mejor pagados como la política, los negocios o el periodismo de investigación.

Otro factor importante es que las mujeres periodistas son más propensas a asumir funciones de ‘freelance’ o a tiempo parcial en un esfuerzo por conciliar las responsabilidades referentes a los cuidados. En las posiciones mencionadas, los salarios son a menudo inconsistentes, el tiempo y los gastos de viaje para el trabajo de investigación y editorial no se remuneran, los beneficios son escasos y la seguridad laboral es limitada, por no hablar de la seguridad digital y los medios para obtener apoyo de los empleadores de los medios de comunicación.

La brecha salarial es aún más pronunciada en el caso de las mujeres de color, las personas LGBTQ+ y las pertenecientes a comunidades marginadas, que se enfrentan a múltiples niveles de discriminación.  

Para erradicar la brecha salarial de género en el periodismo, la FIP y MDI recomiendan:

  • realizar auditorías en todas las organizaciones de medios de comunicación para evaluar la brecha salarial de género
  • introducir políticas obligatorias de transparencia salarial en las empresas de medios de comunicación
  • adoptar oportunidades de ascenso equitativas que apoyen a las mujeres en puestos de liderazgo y garanticen que están representadas por igual en los puestos de toma de decisiones
  • promulgar políticas de no discriminación y convenios colectivos que eliminen los prejuicios, el acoso y la violencia en el trabajo y garanticen un lugar de trabajo seguro.  
  • establecer políticas salariales justas para los autónomos, que incluyan salarios justos, prestaciones y seguridad en el empleo 

“Al abordar la brecha salarial de género en el periodismo, no solo creamos una profesión más justa y equitativa, sino que también garantizamos que las historias que dan forma a nuestro mundo sean contadas por voces diversas, empoderadas y justamente compensadas por sus contribuciones. La lucha por la igualdad salarial entre hombres y mujeres en el periodismo es una lucha por la justicia, la transparencia y la dignidad en el sector y en la sociedad en general. Los sindicatos tienen un importante papel que desempeñar a la hora de impulsar convenios colectivos sólidos y políticas que apoyen una retribución justa,” ha declarado la presidenta del Consejo de Género de la FIP, María Ángeles Samperio. 

“La brecha salarial en la industria de los medios de comunicación tiende a ser más pronunciada para las personas de comunidades marginadas y diversas, lo que limita su papel en la producción mediática. Hay que poner fin a esta situación, ya que contribuye a la existencia de perspectivas diferentes, narrativas sesgadas y refuerza los estereotipos que conforman las percepciones del público e influyen en las actitudes. En un mundo cada vez más polarizado, pedimos a los gobiernos que promuevan la igualdad salarial para todos y reduzcan las desigualdades que alimentan las divisiones en la sociedad,” ha declarado la Directora Ejecutiva del Instituto de la Diversidad de los Medios de Comunicación, Milica Pesic. 

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