Desalojan a periodistas argentinos y brasileños de cumbre presidencial en Argentina

Los periodistas de medios argentinos y brasileños quedaron sorprendidos el mediodía del 23 de febrero, en la residencia de Olivos cuando se les anunció, a minutos de comenzar la cumbre de presidentes, que debían abandonar la sala de prensa porque el personal de seguridad debía cerrarla.
La sorpresa inicial dio paso a la incredulidad y el enojo, en particular de los periodistas brasileños, que no encontraban razones para abandonar el lugar para comenzar la espera de las informaciones a pleno rayo del sol, parados en un cruce de calle, sin que nadie se acercara a suministrar datos sobre el encuentro.
La sala de periodistas de Olivos, construida hace una década para evitar sinsabores innecesarios a los periodistas, consta hoy de un salón amplio con un televisor, una media docena de teléfonos, dos mesas y seis sillas y hoy debió acoger a por lo menos 30 profesionales de Brasil, Argentina, Bolivia y las agencias y televisión internacionales que aguardaban con expectativas los resultados de la cumbre.
Los periodistas recibieron un trato amable y considerado, incluso fueron convidados con café y unas galletitas en la primera etapa, hasta el comienzo de la reunión, pero luego sobrevino esa decisión, que nunca se explicó.
Para fortuna de los colegas brasileños, la embajada de ese país dispuso una combi para trasladarlos a la sede diplomática a la espera que la reunión terminara y el presidente Lula Da Silva concurriera a dar detalles del encuentro.
Los profesionales argentinos permanecieron una media hora a la interperie y luego fueron invitados nuevamente a ingresar a la sala creada para darle algún abrigo, con la misma falta de explicación con las que les pidieron que salieran.