Amenaza de prisión motiva nueva protesta de la FIP ante la presión global contra el derecho a proteger fuentes

Un periodo en prisión suspendido para un periodista en Portugal, un reportero estadounidense con casa por cárcel, y una nueva batalla judicial protagonizada por un periodista investigativo alemán, son la evidencia del riesgo creciente que, a nivel mundial, corre el principio cardinal del periodismo que permite proteger a las fuentes de información, declaró la Federación Internacional de Periodistas.

La FIP y su grupo regional la Federación Europea de Periodistas (FEP), están apoyando las protestas de periodistas en Portugal tras la sentencia de la corte a 11 meses de cárcel para José Luis Manso Preto, reportero que se rehusó a revelar sus fuentes cuando le fue solicitado entregar evidencia en un caso de drogas.

“Este caso ilustra claramente la manera como las autoridades están intentando obligar a los periodistas a traicionar sus principios éticos,” dijo Aidan White, Secretario General de la FIP. “Pero si los periodistas traicionan a las personas con quienes conversan, las fuentes de información se evaporarán y el acceso a información creíble y vital se perderá.”

La FIP está apoyando a su afiliado en Portugal, el Sindicato dos Jornalistas, en la defensa de Preto, quien ha sido sentenciado a pesar de que las fuentes están protegidas por ley y por la Constitución. El sindicato apoya la apelación del veredicto y líderes de los gremios periodísticos planean llevar el caso ante la Corte Europea de Derechos Humanos, si es necesario. Consideran que el fallo está en contravía del artículo sobre libertad de expresión de la Convención Europea de Derechos Humanos.

El caso portugués se suma a los temores de los periodistas, por una tendencia global, creciente, de ataques contra el derecho a la protección de las fuentes de información.

En el continente americano, la semana pasada, una corte de Estados Unidos dictaminó casa por cárcel, durante seis meses, para Jim Taricani, reportero local de televisión de Rhode Island, por haberse rehusado a revelar el nombre de quien le entregó una cinta de vigilancia del FBI, utilizada en una información periodística.

Entre tanto, la FIP y la FEP continúan con las acciones de apoyo al reportero alemán Hans-Martin Tillack, debido a que su revista, Stern, ha decidido apelar -ante la Corte Europea de Justicia- un fallo dado a conocer en octubre pasado: la decisión judicial rechazó la solicitud del periodista donde exigía que se le impidiera acceder a archivos decomisados por la policía belga, a funcionarios de la comisión europea. Este cuerpo de seguridad investiga con quien habló el reportero sobre asuntos tratados en la unidad anti fraude de la Unión Europea.

“Todo estos casos exigen que defendamos el derecho de los ciudadanos a ser bien informados,” dijo White. “Involucran un interés público de alto perfil y el escrutinio a personas en el poder. Los hechos relatados en noticias y reportajes, hubieran quedado en el total secreto si los periodistas no informan sobre ellos. Es urgente fortalecer el derecho a la confidencialidad, no reducirlo.”

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