Según contó en sus redes sociales, Enoa, colaborador de varios medios internacionales y habitual columnista del Washington Post, recibió la semana pasada una citación para presentarse a una estación de policía cercana a su domicilio para tener una “entrevista” con la funcionaria Kenia Morales.
Sin embargo, según relata el periodista, ya en el lugar se dio la siguiente situación: “Cuando llegué a la supuesta estación policial donde sería la cita me desnudaron para registrarme, me esposaron y me obligaron a ir con la cabeza abajo en un carro con tres agentes vestidos de civil. Me llevaron hacia Villa Marista, el departamento de la Seguridad del Estado. Ahí me dijeron que si vuelvo a publicar en The Washington Post me procesaran por ‘usurpación de funciones’ porque el medio no está acreditado en Cuba. Y que comenzarán una guerra contra mi familia y mis allegados y porque detrás de mí está el gobierno de Estados Unidos. Después de muchas otras amenazas, al regreso, no me esposaron, pero igualmente me trasladaron con la cabeza abajo.”
La FIP insta a las autoridades del país caribeño a respetar la integridad física de Enoa, sus familiares y sus allegados y a no aplicar censuras ni presiones a lxs periodistas que desarrollen su profesión. La libertad de expresión y el trabajo de lxs periodistas es clave para el desarrollo de las sociedades, y crisis como las que hoy atraviesa el mundo, lo hacen sentir claramente.