En el año 2015, el periodista chileno Mauricio Weibel publicó la investigación que dio a luz uno de los hechos conocidos más graves de corrupción y fraude hacia el interior del Ejército del país sudamericano. Conocido popularmente como “Milicogate”, el caso investigado por el equipo periodístico conducido por Weibel descubrió un desfalco millonario realizado por altos mandos del ejército en perjuicio del Estado chileno. Gracias a esta investigación, fueron procesados por fraude fiscal y enriquecimiento ilícito excomandante en jefe del ejército de Chile, Juan Miguel Fuente-Alba, y el general retirado Héctor Ureta, entre otros.
Casi dos años después de la publicación de la investigación en la revista The Clinic y un año después del lanzamiento del libro Traición a la patria, el entonces encargado de la DINE, el general Schafik Nazal, habría enviado a la Corte de Apelaciones de Santiago un pedido de autorización para realizar escuchas telefónicas a una supuesta “agente extranjera” que buscaba "antecedentes estratégicos" sobre la institución, según reveló CIPER. El número de teléfono intervenido, autorizado judicialmente bajo engaños, era el de Weibel.
Tal como señalaron distintos medios de comunicación nacionales, cuando en el año 2019 se conoció que el periodista había sido escuchado, el ex Ministro de Defensa Alberto Espina defendió la intervención ante la Comisión de la Cámara de Diputadas y Diputados encargada de supervisar el sistema de vigilancia. Allí, Espina había declarado que la intervención se había hecho dentro del margen de la ley, reconociendo así la vigilancia sobre Weibel pero omitiendo describir la operatoria mediante la cual se había obtenido el permiso para realizar las escuchas a las comunicaciones del periodista.
En declaraciones a Radio Cooperativa, Weibel sostuvo que se encuentra "Evaluando pedir que se procese a Alberto Espina por encubrimiento. Él le dijo a todos los medios de comunicación que esto estaba perfectamente legal. Dio una conferencia de prensa sobre eso y es evidente que eso es falso".
Desde la Federación Internacional de Periodistas, expresamos nuestra solidaridad con Mauricio Weibel, a la vez que unimos nuestra voz a la del periodismo chileno en exigir que se investigue imparcialmente este hecho de espionaje, encubrimiento y corrupción.