El comunicador era administrador de una página de Facebook de noticias locales que tenía casi cuarenta mil seguidorxs. Según informan organizaciones como la Red de Periodistas y la Asociación de Periodistas de Guatemala, el joven de 30 años había denunciado ante la Policía Nacional Civil que habría recibido amenazas por el contenido que publicaba en su plataforma, pero las mismas no fueron investigadas.
Si bien las circunstancias del crimen todavía no están claras, desde la Federación Internacional de Periodistas exigimos que las autoridades no descarten ninguna línea de investigación y se tengan en cuenta los antecedentes de intimidaciones que recibidas por el trabajador de prensa para analizar si su asesinato está vinculado a su labor periodística.