Según informan medios nacionales, Arita fue emboscado y asesinado en la vía pública por desconocidos, sin mediar palabra y cuando salía del canal de televisión donde trabajaba.
Tal como denunciara la Federación Internacional de Periodistas en un comunicado con motivo del asesinato de Leonardo Gabriel Hernández, periodista crítico de las autoridades locales y el gobierno nacional, este crimen “no es ajeno al contexto de violencia generalizada que vive el país centroamericano, resulta importante destacar la situación crítica que enfrentan las personas que ejercen el periodismo profesionalmente y/o se encuentran ejerciendo roles de comunicación comunitaria.
Según datos aportados por la Asociación de Prensa Hondureña (APH), a la fecha y desde el año 2001 se contabilizan 77 [ahora 79] asesinatos a personas vinculadas a los medios de comunicación, con una tasa del 92% de impunidad en estos crímenes”.
Este año, junto a José Arita y Leonardo Gabriel Hernández, también fueron asesinados Edgar Joel Aguilar quien había recibido amenazas de muerte e incluso un atentado contra su vida en el año 2014 (lo que le llevó a solicitar medidas de protección al Estado) y lx activista Santi Carvajal, trabajadorx de un canal de televisión local.
Estos crímenes se dan en un contexto de gran violencia contra las personas vinculadas a medios de comunicación, contra la población LGBTQI y contra las disidencias sexo-genéricas y políticas en general.
En este escenario de violencia y conflictividad, la Federación Internacional de Periodistas, organización que representa a 600.000 trabajadorxs de prensa en más de 140 países, llama a las autoridades judiciales hondureñas a romper la histórica impunidad en los crímenes contra periodistas y contra la población general, solicitando que en este nuevo crimen no se descarte la pista profesional como móvil posible del asesinato.